Consumo de alcohol y drogas por los adolescentes

El alarmante aumento del consumo de estas sustancias por los jóvenes es un problema multifactorial, es decir es resultado de la confluencia de varios factores. Algunos factores derivan del las sustancias, otros de los adolescentes y otros de la sociedad.

Factores derivados de las sustancias

El alcohol, como todos hemos comprobado, produce un efecto relajante, liberador de tensiones y de la vergüenza social, y nos hace comportarnos más espontáneamente (“más nosotros mismos”), a esto ayuda también el efecto que tiene el alcohol de centrar la atención en el presente y quitar importancia a las consecuencias de la conducta en el futuro. El bienestar que produce el alcohol al liberarnos de las ansiedades sociales y por el efecto euforizante que tiene a dosis bajas y moderadas hace que nos sintamos mejor con nosotros mismos y así mejora nuestra autoestima. “Los porros” (cannabis) tienen un efecto en algo parecido al alcohol a dosis bajas, porque relaja, distancia la mente de los problemas y produce cierta euforia.

Las drogas de mayor consumo actual son los estimulantes (cocaína y anfetaminas) que tiene un efecto energizante, euforizante y de aumento de la seguridad y estima personal, que hace que los consumidores se sientan afectivamente muy bien, se comporten como les gustaría llegar a ser: extrovertidos, ocurrentes, seguros, valientes, arrolladores, físicamente pletóricos.

Los analgésicos, los opioides y los tranquilizantes al liberarnos de tensiones, angustias, preocupaciones, tristezas y malestares tienen un efecto positivo y beneficioso. Además, los opioides también producen efecto euforizante.

Otra característica de estas sustancias es que producen su efecto de modo instantáneo, en unos segundos o minutos, por lo que  es fácil establecer el vínculo psicológico entre conducta (consumo) y efecto psíquico.

Factores del ambiente social

Vivimos en una sociedad que promueve una tendencia a consumir sustancias para mejorar el físico y el estado de ánimo. Además, por una idealización de la libertad sin responsabilidades han disminuido los controles sociales de las conductas de riesgo, tanto físico como psíquico, al considerarse como coartación de la libertad personal. Otro aspecto social es el materialismo que lleva al consumismo y al hedonismo, encumbrando el bienestar, el placer y las sensaciones positivas en la cima de los objetivos básicos de todo individuo, con el rechazo al dolor, al sufrimiento, al esfuerzo a toda costa, y que son necesarios para alcanzar objetivos valiosos -“lo que vale, cuesta”-, y que llevan a la realización y satisfacción personal.

En este ambiente materialista y consumista el dinero es el medio para conseguir las cosas que producen las emociones positivas y las sensaciones placenteras. Para conseguir este dinero muchas personas no tienen escrúpulos en vender alcohol, drogas a los jóvenes, fáciles presas para el consumo y la dependencia. Esto hace que en los países, provincias y ciudades de mayor nivel de vida –con más dinero- haya más disponibilidad de drogas y más reuniones para consumir alcohol.

Hay otros factores sociales favorecedores del consumo de sustancias como son el egocentrísmo, el abandono de los aspectos espirituales del hombre, la hipertrofia del presente y por lo tanto del estar bien ahora sin preocupación por el futuro o el más allá, el activismo para ser eficaces y lograr rentabilidad y éxitos, que impide una adecuada asimilación de los acontecimientos y desarrollar una actitud contemplativa de las cosas buenas, bellas e interesantes, y un largo etc, que pueden leer en muchas publicaciones.

Factores provenientes de la psicología del adolescente

Los adolescentes de hoy tienen una propensión al consumo de sustancias por características propias de la psicología de la edad en la que están -común a los adolescentes de ayer y de mañana- y por otras características peculiares debidas a la educación y experiencias previas que han tenido los adolescentes de hoy por la particular situación de las familias, de los colegios, de los amigos y de los mensajes y modelos que han observado en los medios de comunicación (TV, cine, internet, videojuegos).

Por su edad los adolescentes, al estar estrenando un aspecto físico, una nueva manera de pensar, de sentir y de relacionarse, se sienten inseguro, con problemas de autoestima, hipersensibles y dependientes emocionalmente, impacientes, idealistas, inconformistas, egocéntricos, impulsivos, con gran curiosidad, en conflicto entre su cabeza y su corazón, débiles de voluntad ante la intensidad  de las emociones que sienten.