30 consejos para una vida feliz

30 consejos para una vida feliz

Autor: Fernando Sarráis
ISBN: 978-84-9061-948-3
Colección: dBolsillo, nº 904
Editorial: PALABRA
Año: 2020
Páginas: 176
Precio: 9,90 €

Muestra de contenido

ÍNDICE

  1. Introducción.
  2. Consejos psicológicos
    1. Amor incondicional a uno mismo
    2. Apasionarse por la verdad
    3. Desarrollar el hábito de pensar
    4. Descubrir y seguir la propia conciencia
    5. Prestar atención al diálogo interior
    6. “Comerse el coco”
    7. Vivir el presente, el hoy y el ahora
    8. “Ojos que no ven, corazón que no siente”
    9. Independencia emocional de la opinión de los demás
    10. Independencia emocional del resultado de nuestras acciones
    11. Necesitamos afecto: ¡decirlo y pedirlo!
    12. Ser críticos con los sentimientos
    13. La intención paradójica
    14. Evitar compararse con los demás
    15. Luchar por ser positivos
    16. No permitir que el mundo nos haga ser como no queremos ser
    17. Callar durante los enfados
    18. Los problemas son tareas para resolver, no para dramatizarlos
    19. “Lo perfecto es enemigo de lo bueno”
    20. Aceptar sufrir para no temer sufrir y poder ser libre
    21. Aprender a perder el tiempo
    22. Aprender a decir “No”
    23. Practicar la contemplación
    24. Desarrollar un profundo sentido del humor
    25. Informar, no convencer
    26. Vivir en equilibrio
    27. Fomentar la flexibilidad mental
    28. Evitar las autorreferencias
    29. Luchar por la libertad: necesidad, deber y querer
    30. Cuida el cuerpo y él cuidará la mente (mens sana in corpore sano)
  3. Epílogo
  4. Bibliografía

Introducción

Cada vez son más frecuentes y manifiestas en occidente las señales de mala salud mental en las personas. Algunas de sus manifestaciones son el extenso abuso de alcohol por los jóvenes (los famosos botellones); el consumo frecuente y generalizado de drogas, en especial del cannabis; la gran incidencia de depresión y de trastornos de ansiedad, que se refleja en un elevado consumo de antidepresivos, ansiolíticos e hipnóticos; el alarmante aumento de las adicciones (sustancias químicas, apuestas deportivas, nuevas tecnologías, pornografía); el gran aumento de los fenómenos de violencia de género, bullying, mobbing.

Por otra parte, se observa una clara desproporción entre el empeño que la gente pone en poseer un “cuerpo diez” y el que invierte en lograr una “mente diez”: lo muestran la alta demanda de tatuajes, piercing, depilación láser, moreno de la piel; la gran difusión del deporte y de la asistencia a gimnasios; el gran consumo del estilismo, cosmética y maquillaje; y la importancia de la moda y la cirugía plástica con fines cosméticos.

Por el contrario, es muy escasa la demanda de métodos que favorecen el bienestar psicológico. Aunque, con la difusión de la psicología positiva en los tres últimos decenios, ha aumentado la utilización de alguno de ellos como el mindfulness y las técnicas de relajación y meditación.

Como consecuencia del escaso interés por tener una mente sana, es cada vez mayor el número de personas que están estresadas, frustradas, amargadas, enfadadas, preocupadas, temerosas; poseídas por la envidia, los celos o el rencor; deprimidas o esclavizadas por una o varias adicciones.

El estado mental tiene dos polos opuestos: uno negativo que vamos a considerar como “la mente cero” y otro positivo que sería “la mente diez”. El signo de la mente lo aporta la afectividad. Las emociones y sentimientos negativos producen un funcionamiento mental negativo, que hace sufrir e impulsa a comportarse mal. La afectividad positiva hace sentirse bien e impulsa a comportarse bien, con lo que la persona siente paz (calma, tranquilidad, sosiego) y alegría.

El motivo que impulsa a lograr un “cuerpo diez” es la búsqueda de la belleza física, que es una cualidad física positiva que promueve tanto la admiración y el amor de los demás, como la autoestima y el amor propio; cualidades que hacen sentirse bien.

El motivo que impulsa a lograr una “mente diez” es el bienestar psicológico, que es una especie de “belleza psicológica”, que implica el dominio de la voluntad sobre la afectividad para evitar que los frecuentes acontecimientos vitales negativos (frustraciones, fracasos, errores, daños, perjuicios) produzcan emociones y sentimiento negativos (miedo, ira, tristeza), que desplazan y suprimen los positivos (paz, alegría); y también para poderlos recuperar enseguida cuando se pierden.

Así como para tener un “cuerpo diez” se precisan unos métodos o consejos físicas de embellecimiento corporal, también para tener una «mente diez” se precisan unos consejos psicológicos de embellecimiento mental, que son menos conocidas y poco difundidas, pero cada vez más necesarias para invertir la tendencia al deterioro generalizado de la salud mental. Para ayudar a lograr este objetivo, en este libro se recogen y se explican brevemente algunos consejos psicológicos que han demostrado su eficacia en muchas personas.

1. Consejos psicológicos

Este es el apartado principal del presente libro. Tiene una finalidad práctica, y viene a ser un complemento del aspecto teórico expuesto en varios de mis libros anteriores, en los que se explicó el funcionamiento psicológico, tanto el sano y maduro, como el enfermo e inmaduro.

Se recogen en esta extensa sección 30 consejos que ayudan a vivir con salud mental, a ser positivos, a tener una “mente diez” el mayor tiempo posible, sin excluir las situaciones vitales negativas que hacen sufrir.

No es una exposición exhaustiva de todos los consejos existentes, sino una selección de ellas. No pocas son utilizadas de modo espontáneo por muchas personas para sentirse bien o evitar sentirse mal; para mantener la alegría o recuperarla cuando la pierden; y, en definitiva, para ser más felices en la vida. La mayoría han sido descubiertas por intuición y aprendidas por ensayo y error; otras por consejo de personas con más experiencia en la vida o de profesionales dedicados a la psicología y psiquiatría; otras por la lectura de libros de autoayuda; y otras, finalmente, escuchando a expertos en cursos, talleres o videos de Internet sobre terapias de autoayuda.

Los consejos que a continuación se explican son cualitativamente diversas; difieren en cuanto a la dificultad para ser entendidas y aplicadas, y también en su eficacia. El orden en el que se exponen es aleatorio, pues no es posible agruparlas por temas comunes. La mayoría tienen una utilidad práctica para toda la vida, no sólo para situaciones concretas. Su finalidad es ayudar a vivir una vida más feliz.

3. Epílogo

El ser humano es feliz cuando hace lo que tiene que hacer y lo hace porque le da la gana (libremente).

Para hacer las cosas bien primero hay que hacerlas mal un buen número de veces, y, como todo error y fallo produce sufrimiento, hay personas que, por miedo a sufrir a causa de sus posibles errores, evitan actuar y se hacen pasivos; y no llegan a lograr la perfección a la que estaban destinados por su talento natural y viven una vida infeliz.

Para poder hacer las cosas con libertad es necesario desarrollar la voluntad, es decir, tener fuerza de voluntad, que es directamente proporcional al grado de libertad que se posee. La fortaleza aumenta cuando se hacen cosas que cuestan, aunque sean desagradables, y se hacen porque son valiosas y buenas. Como todo lo desagradable produce un cierto sufrimiento, proporcional a la intensidad del sentimiento desagradable que causan, hay personas que, por haberse acostumbrado a evitar el sufrimiento, no desarrollan la fuerza de su voluntad y carecen de libertad, y suelen acudir a los demás para que tomen decisiones por ellos y hagan lo que ellos deberían hacer; de esta manera se hacen dependientes y viven una vida infeliz.

Como consecuencia de lo dicho, las personas que escogen siempre lo agradable y rechazan lo desagradable acaban desarrollando una personalidad pasivo-dependiente, que produce mucho sufrimiento a ellas mismas y a los que les rodean. Estas personas cuando no consiguen que los demás satisfagan sus necesidades sienten una intensa frustración e ira, que las impulsa a castigarlas por ello y así evitar que vuelvan a hacerlo. Con la repetición de estas conductas se transforman en personas manipuladoras y chantajistas, y pasan a tener una personalidad pasivo-agresiva. Así pues, hay una relación estrecha entre las personas pasivo-dependientes y las pasivo-agresivas. Ambos tipos de personalidad son patológicos y causan gran sufrimiento a los protagonistas y a los espectadores.

Conviene saber y aprender desde niños a vivir de una manera que nos haga cada vez más buenos y libres, para vivir una vida feliz, pues solo tenemos una vida y no hay una segunda oportunidad para los que se equivocan de camino. Y, aunque siempre se puede rectificar, porque el ser humano siempre conserva un germen de libertad, cuesta mucho más esfuerzo y sufrimiento rectificar que aprender a hacer las cosas bien desde el principio.

Este libro además de insistir en la importancia del esfuerzo cotidiano por tener una mente diez (con paz y alegría), sana y madura, que equivale a tener una buena armonía entre razón, voluntad y afectividad, aporta algunas consejos psicológicas prácticas para lograr este objetivo, que son fruto del esfuerzo realizado para ayudar a muchas personas con intenso sufrimiento psicológico y con enfermedades mentales.