El diálogo

El diálogo - Libro del doctor Sarráis

Autor: Fernando Sarráis
ISBN: 978-84-8469-346-8
Colección
: Ediciones Teconté
Editorial: EIUNSA
Año: 2018
Páginas: 192
Precio: 17.90 €

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ÍNDICE

  1. Introducción
  2. El diálogo con uno mismo
  3. El diálogo en la familia
    3.1. Diálogo entre los esposos
    3.2. Diálogo entre padres e hijos
    3.3. Diálogo entre hermanos
  1. El diálogo con los amigos
  2. El diálogo con los compañeros
  3. El diálogo con los demás
  4. Epílogo
  5. Bibliografía

Introducción

En mi comunidad de vecinos, a una vecina le hemos puesto el apelativo de «la meteoróloga», no porque tenga esa profesión, sino porque siempre que coincide con otro vecino en el ascensor habla sobre el tiempo atmosférico del momento y el que se espera en los días siguientes.

Esta vecina es un caso típico de persona que recurre al aséptico tema del tiempo meteorológico para el breve diálogo que se puede tener mientras se sube o baja en el ascensor. Es un tema impersonal que puede interesar a todo el mundo y no es susceptible de molestar o comprometer a los dialogantes. Con él, se evita el desagradable “silencio acompañado” en un recinto reducido como es el ascensor, el interior de un taxi, la peluquería, etc. No es un mal tema para iniciar un diálogo entre extraños, convecinos, clientes fugaces, etc.; pero puede ser un problema cuando es el tema habitual entre personas que tienen una convivencia íntima o cercana.

Parece que, en nuestra sociedad tecnológica, está disminuyendo la habilidad para el diálogo profundo, personal y auténtico entre las personas con vínculos afectivos. Es frecuente ver como los esposos, los padres, hermanos, amigos y conocidos hablan de política, deporte, moda, comida, sexualidad y otros temas sociales de interés general, pero es raro que hablen de lo que sienten, imaginan, desean, anhelan, disfrutan, piensan; o de lo que les hace sufrir, preocupa, temen, etc.

Hoy en día, es más fácil desnudarse físicamente, y mostrar con detalle las formas del propio cuerpo, que desnudarse psicológicamente, y mostrar la persona que somos, que es la verdad de nosotros mismos y que nos hace ser auténticos.

Da pena ver que, en muchas familias, el diálogo entre sus miembros se reduce a comunicar que se ha fundido una bombilla, se ha roto algo, no se encuentra una prenda de ropa o las llaves, hay que pagar una factura, toca llevar el coche a revisión, hay que recoger a un hijo a una hora determinada, etc.

Es probable que la causa más frecuente de la evitación del diálogo personal sea el temor a ser herido por un comentario negativo o al percibir la falta de interés y afecto de la persona que debería querernos y hacernos felices.

Este empobrecimiento del diálogo está produciendo un malestar psicológico generalizado en forma de sentimiento de soledad, insatisfacción afectiva, sentimiento de frustración y de vacío existencial.

En este libro se intenta resaltar la importancia que tiene el diálogo profundo, personal y auténtico, en especial con las personas queridas, para el desarrollo de una personalidad equilibrada, sana y feliz. Algo parecido afirma John Powel (1997): “Del diálogo nunca podemos salir con menos de lo que éramos, sino siempre con más. Vivir en diálogo con otra persona es vivir dos veces. Las alegrías se duplican gracias al intercambio, y las cargas se dividen por la mitad al compartirlas”.

A continuación, se expondrán brevemente algunas ideas sobre las características positivas, que se deben adquirir y mantener, y las negativas, que se deben evitar, en el diálogo entre las personas, pero, sobre todo, entre las personas con fuertes vínculos afectivos, como son los familiares y amigos, por su gran relevancia para la felicidad de los implicados.

Epílogo

En este breve libro se ha intentado mostrar la importancia de saber dialogar bien para tener una buena comunicación social, que permita hacer surgir y aumentar el amor entre las personas, en vez de causar sufrimiento, que conduce a la incomunicación.

El amor humano es la fuente principal de la felicidad, que es el objetivo fundamental de la vida de cada persona. Se pueden tener muchas cosas valiosas, muchos éxitos, mucho prestigio, y no ser feliz. En cambio, si se recibe mucho amor se puede ser muy feliz.

Mediante el diálogo conocemos y nos damos a conocer y, en ese conocimiento, descubrimos la bondad de los otros y damos a conocer la nuestra. Esa bondad es la que despierta el sentimiento de amor en los otros y en nosotros. Es muy difícil amar lo que no se conoce y, es muy difícil conocer, si no se tiene información de algo. Y, el lenguaje oral y gestual, es el canal más importante para informar y recibir información de los demás.

Por otra parte, con un buen diálogo (positivo, sincero, humilde) se evitan los conflictos, que hacen sufrir a unos y a otros. Este sufrimiento impide el amor y, si es habitual, puede matar el amor que ya existía.

Cuando dos personas se enamoran sienten una fuerte necesidad de dialogar y pasan horas haciéndolo, y se sienten en el cielo cuando lo hacen. Cuando una persona siente indiferencia, rechazo u odio por otra, evita el diálogo o su diálogo es hiriente.

En los últimos años, con la explosión de las redes sociales y las nuevas tecnologías, el diálogo cara a cara ha disminuido alarmantemente. Con este libro se quiere hacer reflexionar a los padres y educadores sobre la necesidad y el modo de enseñar a los jóvenes a dialogar positivamente.

Finalmente, por todo lo dicho, se puede afirmar que el buen diálogo es imposible para las personas egoístas, egocéntricas, narcisistas, acomplejadas, porque están centradas excesivamente en sí mismas y, por ello, son incapaces de ser empáticas y dar prioridad a los demás sobre uno mismo. Por esta carencia, no pueden sentir la felicidad que produce hacer la vida agradable a los demás.